Eucalipto
Eucalipto, una ayuda para respirar mejor
El uso del eucalipto como planta medicinal está recomendado
para aquellas enfermedades que afectan a las vías respiratorias como la gripe,
el asma o los catarros. Descubre sus propiedades.
Principales propiedades saludables del eucalipto
El uso del eucalipto como planta medicinal es relativamente
reciente, ya que data del siglo XVIII. Principalmente, está recomendado para
aquellas enfermedades que afectan a las vías respiratorias como son, entre
otras, la gripe, el asma o los catarros.
Para las aplicaciones medicinales que posee este árbol, se
utilizan, sobre todo, las hojas de la especie globulus, por poseer tres
importantes propiedades: son antiinflamatorias, antimicrobianas y expectorantes.
En el caso de la primera, al reducir la inflamación,
facilita la respiración.
Respecto a su capacidad antimicrobiana, con su uso se
consigue acabar con aquellos microorganismos –principalmente microbios y
bacterias– que son los causantes de procesos infecciosos en las vías
respiratorias como son la bronquitis, la sinusitis, la traqueítis y los
constipados.
Por último, sus propiedades expectorantes proceden de las
hojas del eucalipto. Son muy olorosas y ricas en un aceite esencial cuyo
principal componente es el eucaliptol. Dicho componente es un potente
mucolítico que fluidifica las secreciones pulmonares y favorece la expulsión de
las mismas. A su vez, es antitusivo y un inhibidor de la irritación bronquial,
por lo que se recomienda su aplicación en enfermedades tales como la bronquitis
aguda y crónica.
Otra de las propiedades menos conocidas del eucalipto es la
de ser hipoglucemiante, esto es, reduce los niveles de azúcar en sangre, por lo
que, en ocasiones y bajo control médico, se utiliza como coadyuvante en el
tratamiento antidiabético.
Debido a sus propiedades antisépticas, el aceite esencial de
eucalipto también puede usarse de forma tópica, es decir sobre la piel, para
curar, por ejemplo, ligeros cortes, arañazos o heridas, ya que, además de desinfectar
en profundidad, favorece el proceso de cicatrizado de las mismas y evita que
queden antiestéticas marcas o cicatrices.
Por tanto otras aplicaciones del eucalipto serían:
Procesos inflamatorios de las encías y casos de gingivitis.
Para conseguirlo habría que pasar un algodón o gasa empapada con aceite de
eucalipto sobre las encías.
Espinillas y acné. Aplicando sobre los granitos se consigue
mejorar su aspecto, hace que tarde menos en desaparecer y evita que queden
marcas en la piel.
Aftas y llagas bucales. Si se tiene una llaga o afta se
puede hacer enjuagues con aceite de eucalipto para que desaparezcan cuanto
antes.
Mal aliento. Siguiendo el mismo método que el punto anterior
se puede frenar un mal aliento, aunque hay que tener en cuenta el motivo que
está causando ese mal olor, pues si es un problema gástrico se deberá acudir al
médico.
Herpes. Los herpes son muy comunes en algunas personas y
aparecen tras una bajada de defensas por ejemplo, para ayudar a su
cicatrización lo mejor es varias veces al día pasar una gasa con aceite de
eucalipto sobre el herpes, notarás como tarda menos tiempo en curarse.
El eucaliptol también posee propiedades antirreumáticas, por
lo que puede aplicarse de forma externa para paliar casos de artrosis, artritis
reumatoide y otros tipos de dolores musculares, ya que masajear la zona
contribuye a disminuir el dolor y a reducir el proceso inflamatorio.
Por último, el aceite y las hojas de eucalipto también están
presentes en numerosos productos cosméticos y de la industria química tales
como jabones, lociones, dentífricos o ambientadores.
No hay suficientes estudios que determinen si la hoja de
eucalipto tiene alguna contraindicación en el organismo, aunque es recomendable
no excederse en las dosis para evitar posibles problemas de salud. Lo que sí
son conocidos y refutados son los posibles efectos adversos del aceite esencial
de eucalipto.
Ya sea ingerido por vía oral o aplicado directamente por vía
cutánea, el eucaliptol, al igual que la gran mayoría de aceites esenciales,
siempre debe ser diluido de forma previa y no debe aplicarse durante un período
superior a las 12 semanas. De hecho, una dosis de 3,5 ml de aceite esencial sin
diluir puede tener graves consecuencias para nuestro organismo.
Los signos más evidentes de intoxicación por este aceite son
dolores repetidos de estómago, mareos, gran debilidad muscular, asfixia,
náuseas y vómitos, entre otros. En cualquier caso, si se sospecha que se ha
podido ingerir una sobredosis o notamos los primeros síntomas de una intoxicación,
hay que acudir lo antes posible a un médico o especialista para que entre otras
posibles opciones realice un lavado de estómago, evitando así que el organismo
absorva los tóxicos derivados de la sobredosis de eucalipto.
Tampoco es recomendable su uso durante el embarazo y la
lactancia, pues pueden dañar la salud de los bebés. Tampoco se debe dar a los
niños de corta edad, es decir, menores de dos años. Las personas con problemas
digestivos, hepáticos o biliares suelen tener una prescripción de tratamientos
efectivos para sus dolencias que pueden interferir con el eucalipto. Por lo
que, en estos casos, y siempre que sea posible, se evitará el uso del aceite
esencial.
La cantidad adecuada de eucalipto a emplear, tanto en hoja
como en aceite, dependerá de una serie de factores tales como la edad, el
estado de salud de la persona y si ésta presenta alguna otra contraindicación.
En cualquier caso, recordemos que no es recomendable ingerir
o aplicar dosis elevadas de eucalipto, ya que puede sufrirse el riesgo de
intoxicación. Por ello, lo más indicado es seguir las instrucciones que vengan
detalladas en el producto en cuestión o consultar a un especialista, médico o
farmacéutico, para que sea él quien nos oriente sobre cómo tomar o aplicar esta
planta.
Quizá, la forma más habitual de consumirlo –y a la que
estamos más acostumbrados– sea mediante vahos. Para realizarlos, pondremos
hojas de eucalipto, o bien unas gotas de aceite esencial, en agua hirviendo y
aspiraremos los vapores cubriéndonos, por ejemplo, con una toalla.
En el caso de padecer enfermedades de las vías
respiratorias, otra opción puede ser tomar infusiones de eucalipto por la noche
durante varios días, realizar masajes con el aceite esencial en la zona del
pecho o poner sobre dicha zona una cataplasma. Con todo ello mejorará
notablemente nuestra capacidad respiratoria y nos sentiremos mucho más
despejados.